Policarbonato reciclado: láminas trapezoidales y corrugadas a partir de residuos

La sostenibilidad necesita ir más allá de discursos y promesas inspiradoras, con acciones visibles y concretas. Para ver este cambio, es esencial que las personas, las empresas y los gobiernos asuman la responsabilidad y actúen de manera sostenible en sus vidas y prácticas diarias. Al tener en cuenta los impactos ambientales y sociales de sus decisiones y buscar alternativas más conscientes y responsables, pueden tomar medidas para garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones. En la industria de la construcción esto es aún más urgente. Responsable de una gran cantidad de residuos sólidos y emisiones de gases de efecto invernadero, es fundamental que esta industria adopte prácticas sostenibles, como el reciclaje, para minimizar los impactos ambientales.

Sin embargo, aunque los procesos de reciclaje de productos han avanzado significativamente en los últimos años, todavía existen ciertos desafíos asociados con el uso de materiales reciclados. Esto se debe a una variedad de factores, como el rendimiento y la durabilidad, o incluso a la dificultad de obtener materias primas adecuadas. Pero también hay ejemplos de éxito que muestran las posibilidades de los materiales reciclados.

En el caso de la empresa alemana Rodeca –productor de sistemas translúcidos para fachadas y cubiertas reconocido internacionalmente– el desarrollo de productos fabricados con material 100% reciclado demuestra el potencial de la economía circular aplicada a la construcción. Aprovechando el tema de la BAU de este año, que es la construcción respetuosa con el medio ambiente y el clima, la empresa exhibirá sus láminas "PCR" trapezoidales y corrugadas fabricadas con policarbonato 100% reciclado.

Este material, impresionante por su translucidez y ligereza, tiene una vida útil de 10 a 15 años y, una vez desechado, puede ser reelaborado y utilizado en muchas otras aplicaciones, incluso en el sector de la construcción. Por lo tanto, se le puede dar una nueva vida, evitando su eliminación en vertederos o quema. Las láminas producidas se dividen en dos grupos, según su materia prima:

En las primeras, el producto final –láminas trapezoidales o corrugadas– puede tener varios tonos, incluyendo opciones translúcidas. En este caso, la calidad de los residuos industriales reciclados es casi tan buena como la de la materia prima virgen, ya que el producto ha sufrido un único proceso de degradación térmica. En este último grupo, sin embargo, solo son posibles los colores opacos, porque los gránulos suelen mezclarse con más de un tipo y terminan opacos.

El proceso para la producción de estas piezas recicladas incluye unos pocos pasos. Después de ser recolectadas y clasificadas, las partes de policarbonato se trituran, luego se derriten y se extruyen en hilos, llamados "espaguetis". Posteriormente, se regranulan para convertirse en las láminas "PCR", con un espesor de 0,9 mm y disponibles en diferentes tamaños y acabados.

En este caso, la pieza resultante conserva la mayor parte de las cualidades del original, pero se convierte en un producto diferente. Según Rodeca, "No existe la reciclabilidad infinita. El policarbonato, por ejemplo, no es una materia prima renovable, pero definitivamente es reciclable. Sin embargo, a veces el material reciclado ya no puede cumplir el mismo propósito original que tenía". expuestos a la contaminación y al envejecimiento". Si bien hay materiales, como el acero, que permiten reciclados sucesivos con una mínima pérdida de rendimiento, existen muchos otros cuyo producto final acaba siendo inferior, y existe un límite para su reprocesamiento. En el caso del policarbonato, aunque pueden cambiar algunas particularidades, sigue siendo un producto de gran utilidad.

Además, existe un debate importante en torno al uso de materiales reciclados en la industria de la construcción, que se relaciona con el prejuicio hacia el uso de materiales que han sido reprocesados. Incluso en las Declaraciones Ambientales de Producto (EPD), existen lagunas de conocimiento que reducen sus posibilidades de uso en algunos edificios. "Los materiales de construcción reciclados no podrán afirmarse sin una cultura de autoridad de construcción abierta. No solo en detrimento de los productores, sino también de los procesadores, los consumidores y, en última instancia, el medio ambiente, ya que el material tiene que ser 'reciclado' térmicamente". Por lo tanto, la tolerancia es un factor importante para la conservación de los recursos y, por lo tanto, para la sostenibilidad.

Para obtener más información sobre estos y otros productos de Rodeca Gmbh, visite nuestro catálogo de productos. O, si tiene la oportunidad, visite el stand en BAU en Munich del 17 al 22 de abril.